Desde el piso de abajo le oigo saltar de la cama. Las
pisadas desnudas danzan rítmicas por la escalera. Su voz inocente invade la
cocina e interrumpe mis lágrimas, «¡Hola, mami!». Con el peluche bajo el brazo,
se acomoda en el taburete. Balancea los pies y tararea una cancioncilla
aprendida en el colegio. Cuando le sirvo el tazón de leche, hace tintinear la
cuchara en el borde mientras me sonríe. Es nuestro lenguaje secreto: hoy quiere
galletas. Las últimas. En pocas horas, el silencio se apoderará de su cuarto y
descenderá cada mañana por las escaleras para ocupar su taburete.
Creado para concurso de microrrelatos del CELARD Tema: La música.
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