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miércoles, 29 de septiembre de 2021

ERA EL MEJOR DE LOS TIEMPOS

 Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la frase me ha venido a la cabeza y la he buscado. Son las primeras palabras de la novela “Historia de dos ciudades”, no la he leído. No sé por qué esa frase, no sé por qué comenzar con esa frase pesimista. Pesimista, sí. No hay nada bueno que dure eternamente; no hay nada bueno que no se contamine del mal, de acuerdo, aunque por qué anticiparnos. Me gustan las gafas con cristales de color rosa. En serio, ayudan a ser feliz, incluso a ser mejor persona. Sé que también está todo eso de la serotonina, dopamina, adrenalina…Si hago caso a personas cercanas, muy cercanas, tendría que rendirme a la evidencia de que somos química. Un enjambre de mediadores químicos. Nos hacen enfurecer, enamorarnos, ser valientes, o negativos. Y lo curioso es que, según dicen los adeptos a somos química, podemos manejar los niveles de esas moléculas con fármacos píldoras de la felicidad. 

Y, digo yo , si es tan fácil, si ya hemos descubierto el secreto, ¿a qué esperan las autoridades para imponer una píldora al día para cada habitante del planeta? No es por falta de dinero. Me dijo hace algunas semanas mi hijo: «¿De verdad te has creído que la crisis económica de Grecia ⸺iniciada allá por el 2010⸺ se ha resuelto con las restricciones impuestas por la UE? No, mamá, ha sido una impresora la que ha resuelto el problema». Y, ahora, comprendo por qué Sánchez, presidente de España en estos tiempos ⸺Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos⸺, decía que pediría no sé cuántos miles de millones de euros para mejorar la economía de nuestro país. Pues sí, si es cuestión de papel, tinta y electricidad solo habría que encontrar la manera de contentar a los ecologistas. Es más, propongo que no nos quedemos con el hallazgo solo para Europa. Mejor imprimir billetes a escala mundial. De tal manera que en África ya no murieran más niños por carecer de medicinas para controlar una colitis o que en Sao Paulo, otros niños puedan comer todos los días sin rebuscar en basureros como montañas. 

Hoy recibí un vídeo muy tierno. Una persona cuidaba un monito, ignoro de que especie. Era más bien feo, con brazos escuálidos, cabeza regordeta y ojos oscuros enormes y vacíos, sin pupila. Me acordé de los anuncios televisivos de las ONG que trabajan en África cuando muestran bebés a los que le miden el brazo con una cinta métrica. Siempre sobra cinta, mucha, muchísima. Pues bien, este monito era cuidado amorosamente: lo alimentaban, bañaban, jugaban con él, lo llevaban con otros animales para que hiciera amigos. Las imágenes se edulcoraban con una empalagosa música de fondo. Francamente deseo que las componentes del grupo de Whatsapp donde se ha descargado el vídeo demuestran algo de cordura y “pasen” de él, ⸺Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos⸺.

Yo iba a escribir un relato de ficción. Quería escribir ficción. Quiero escribir ficción, pero no puedo, no sé qué he hecho con las gafas.

jueves, 16 de septiembre de 2021

relato y adivinanza

                                                   https://ciudadseva.com/texto/portugueses/





GERUNDEANDO

https://www.tallerdeescritores.com/quedate-en-casa-a-escribir?sc=dozmv7bo8hzl6um&in=kw35vb0jr7h13kf&random=9092 Por César Sánchez